Soy el cantante, poeta y trovador, el enajenado bufón.
Me paro sobre este escenario ante una animada congregación.
Cada noche es una risa más, una voltereta y una canción;
ten un poco de paciencia que ya comienza la función.
Dejaré que mi voz viaje a través del aire, donde te percibí,
y compondré nuestros sueños en el firmamento, a ver si llegan a ti.
Pero todo en ese cielo era un engaño. Todo mi vida, un baladí,
y las palabras que pronuncié fueron los delirios de un maniquí.
Más no he nacido para la veracidad, la ilusión es lo que deseo.
Me encerraré en la incertidumbre y el desasosiego.
Me encanta tu rostro preocupado y esos ojos consternados
que me miran desde mis recuerdos.
Sin embargo, la gente que ríe sin consideración,
- un sonido desagradable -, no entiende mi desesperación.
Sólo quise tenerte por completo y acabar con este sentimiento.
Pero esta canción ya se terminó y de mi voz sólo el eco perduró.
Me paro sobre este escenario ante una animada congregación.
Cada noche es una risa más, una voltereta y una canción;
ten un poco de paciencia que ya comienza la función.
Dejaré que mi voz viaje a través del aire, donde te percibí,
y compondré nuestros sueños en el firmamento, a ver si llegan a ti.
Pero todo en ese cielo era un engaño. Todo mi vida, un baladí,
y las palabras que pronuncié fueron los delirios de un maniquí.
Más no he nacido para la veracidad, la ilusión es lo que deseo.
Me encerraré en la incertidumbre y el desasosiego.
Me encanta tu rostro preocupado y esos ojos consternados
que me miran desde mis recuerdos.
Sin embargo, la gente que ríe sin consideración,
- un sonido desagradable -, no entiende mi desesperación.
Sólo quise tenerte por completo y acabar con este sentimiento.
Pero esta canción ya se terminó y de mi voz sólo el eco perduró.