Escondías tu rostro de la multitud.
Escapabas del ruido de la calle
y a cada paso que dabas
ardía el fuego frío de la mañana.
¿Por qué se escapa la vida delante de mis ojos?
¿Por qué?
Tanta fragilidad
y ahora eres sólo niebla sobre el mar.
Antes de que el día se esfume,
toma mi mano una vez más
para perdernos y encontrarnos en la oscuridad.