Blanco, su rostro era blanco.
Hay una cara vacía en mi comedor de diario.
Al pasar a su lado, me paralizo.
El rostro blanco no sale de su escondrijo.
Su mirada es fría, devastadora,
como si recordara una escena conmovedora
de penas ligeras y tiempos ajenos,
de abrazos ausentes y gélidos recuerdos.
Si abro el gran ventanal que mira al horizonte,
siente el avallasador deseo de salir;
la mascara del invierno... tan desoladora.
Y si llega el sol al comedor, el rostro cambia.
Ya no es invierno y ahora es primavera.
El rostro que modifica la dirección del viento,
¡siembra el florido campo y cambia mi estación!
Hay una cara vacía en mi comedor de diario.
Al pasar a su lado, me paralizo.
El rostro blanco no sale de su escondrijo.
Su mirada es fría, devastadora,
como si recordara una escena conmovedora
de penas ligeras y tiempos ajenos,
de abrazos ausentes y gélidos recuerdos.
Si abro el gran ventanal que mira al horizonte,
siente el avallasador deseo de salir;
la mascara del invierno... tan desoladora.
Y si llega el sol al comedor, el rostro cambia.
Ya no es invierno y ahora es primavera.
El rostro que modifica la dirección del viento,
¡siembra el florido campo y cambia mi estación!
4 comentarios:
Me gusta la sinceridad, se siente la melancolía contenida, y la esperanza que trae la nueva primavera...
Besitooos =)
Poesía Azul
Romi, hay algo para ti en mi blog!
Besos azules
El dificil proceso de transición de una estación fria, gélida, de rostro serio y austero. Pero pronto llega el color y calor de la primavera con sus multiples rostros de alegría, que renueva el amor y la fantasía.
Saludos Mystere.
Abrazos desde El Salvador.
El dificil proceso de transición de una estación fria, gélida, de rostro serio y austero. Pero pronto llega el color y calor de la primavera con sus multiples rostros de alegría, que renueva el amor y la fantasía.
Saludos Mystere.
Abrazos desde El Salvador.
Publicar un comentario