Soy muñeca del destino,
tajada en el rostro para siempre.
Sueño un día liberarme
de tan sombrío castigo
que empieza en mi interior
a pudrir mi corazón.
Esto no puede pasar,
ya no puedo ni llorar,
atrapada en un infierno
donde no puedo gritar,
ni hay nadie que me escuche
porque ya no puedo hablar.
Vete lejos, yo te pido.
No hay cura para quien no sufre.
La muñeca del destino
ya no sangra, ya no cruje.
NAUFRAGO
-
"El pasado se balancea sobre mi hombro.
¿Quién habló de naufragios?
El náufrago medita
es feliz de estar vivo,
aun errante, moribundo,
y desahuciado....
Hace 12 años